Los Hebreos
_el pueblo de Dios_

El pensamiento religioso del pueblo hebreo constituye el contenido principal del Antiguo Testamento bíblico, y esa concepción religiosa se basa en cuatro fundamentos importantes: ALIANZA (testamento), MONOTEÍSMO, MORAL Y MESIANISMO
MONOTEÍSMO
El pueblo hebreo fue, durante siglos, monolátrico pero no monoteísta. Yahvé no habría sido el único dios, sino el dios al que se adoraba con exclusión de los demás. Según esta teoría, el pueblo hebreo fue primero idólatra y politeísta, luego enólatra (culto al dios del pueblo, religión nacional) y, por último monoteísta hasta la actualidad.
MORAL
La moral del pueblo hebreo no es consecuencia de su religión, sino que es el elemento que la constituye. Yahvé es el autor del hombre y tiene derechos sobre él; además, los tiene especiales sobre Israel. Por eso es legislador, y su ley es santa y ordenada a la salud y la felicidad del individuo y sociedad. Dios, único conocedor de "la ciencia del bien y del mal", prohibe lo que obstaculiza la perfección del hombre y la felicidad del pueblo. La ley es dada a Moisés en el monte Sinaí, es imposición, es orden, es mandato e implica: conducta frente a la divinidad, relación del hombre consigo mismo y con la colectividad; derecho de Yahvé a legislar, prohibición del politeísmo, la idolatría y la vana invocación del nombr e de Dios, observancia del sábado, honrar a los padres, se prohibe matar, fornicar, robar, mentir y calumniar y , codiciar los bienes ajenos, incluyendo la mujer del pr ójimo. Jesús llev a esta moral a su más alto grado de perfección. El Yahvé del Antiguo Testamento es el mismo Padre de Misericordia del Nuevo; pero el pueblo hebreo, inmerso en la dureza y en la crueldad de los tiempos antiguos no logró notarlo
MESIANISMO
El mesianismo comprende dos creencias fundamentales: a) la del futuro advenimiento de un Mesías ( salv ador) ;b) el p apel r ector de Israel sobre los demás pueblos.En las primeras formulaciones de la Alianza, se atribuye a la descendencia de Abraham ese papel mesiánico, en su doble alcance de un salvador personal y de un privilegio colectivo. Aún antes, en el tercer capítulo del Génesis, se pone en boca del Yahvé promesa de un vencedor del espíritu del mal encarnado en la serpiente. La voz de los profetas perfila, desarrolla y esclarece, en etapas sucesivas, la figura del Salvador y su misión redentora que, mediante Israel, llegará a todas las naciones.En torno a dos condiciones se agrupan las profecías: la de rey invencible, dominador de pueblos; y la de sacerdote y víctima, redentor de hombres. El pueblo hebreo, doblegado y oprimido por fuerzas extranjeras, se forjará su propio Mesías con aquellos rasgos que colmen su esperanza, necesitan un guerrero. No lo obtienen en Jesús por eso no lo aceptan como Mesías.